53 Behobia San Sebastián 2017. La crónica y las fotos

Tiempo real: 1:39:22 // Posición en la general 8214 de 25486

La Behobia San Sebastián es una carrera  en la que pienso repetir. Me lo pasé muy bien sobretodo por el ambiente que se respira y la buena organización. Es increíble las tablas que tienen en esto y de qué manera gestionan la participación de los más de 30.000 inscritos. No me extraña que sea una carrera única y clásica a la que cualquier aficionado asiduo a la carrera a pie tiene que acercarse almenos una vez en su vida. Me llamó mucho la atención la gran cantidad de catalanes que había, parecía que no hubiera salido de casa. Y es que al parecer esta carrera tiene bastante tirada por estos lares. Allí me encontré incluso con varios compañeros de club, amigos y conocidos.

La cuestión de esta competición está en que apuntarse es complicado. Yo ya lo tuve difícil y eso que lo hice en abril, ¡Siete meses antes de la carrera! Más complicado es todavía fue encontrar alojamiento. Al final lo conseguí gracias a viajes Aran, la agencia de viajes oficial de la carrera con los que, a pesar de “obligarme” a ir un par de días antes de la carrera, acabé contento y volvería a repetir con ellos, aunque a ser posible pasando una noche menos, más que nada por la complicación de combinarme los horarios con el trabajo.

53 Behobia San Sebastián 2017. La crónica y las fotos

Si para algo sirvió esta carrera es para cerciorarme de que quien tuvo, retuvo. Hay que tener en cuenta que el día anterior nos pusimos hasta arriba en la Sidrería Gaztañaga de Andoain, lugar que por supuesto se va a convertir en sitio recurrente cada vez que visite la zona. Además esa semana apenas había entrenado y el mismo día de la carrera salimos a correr sin ni siquiera calentar. Daba mucha pereza mojarse con el txirimiri que nos acompañó absolutamente todo el fin de semana, excepto una vez empezada la carrera. Ahí el tiempo se comportó y eso alivió bastante el fresquito que hacía, otra excusa que nos pusimos para no calentar.

A lo que iba, que a pesar de que la teoría de demasiado descanso, pereza, mucha comida y bebida y falta de calentamiento no hacia presagiar un buen resultado la carrera salió bastante bien y acabamos por debajo de 1:40, cosa que no está nada mal. Yo iba acompañando a Paco y Paco iba acompañándome a mi. La verdad es que es una gozada encontrarse con un recorrido en el que no dejas de sentirte arropado por un público con ganas de animar incluso con una climatología que no acompañaba. En los tramos urbanos el ambiente era realmente motivador y lo que menos me preocupaba era en si iba cansado o no, si llovía o hacía frío o si me dolía algún músculo.

En cuanto a fuerza y rendimiento fui muy cómodo y podría haber ido más deprisa, pero también es cierto que mi intención era pasarlo bien, correr como en un entreno largo y exigente y disfrutar de una buena experiencia y eso era mejor hacerlo acompañado de un buen compañero de fatigas.

Así que el año que viene espero repetir. Para esa vez sí, me exigiré mucho más y me pondré a prueba pero sin olvidar la excusa de la carrera, disfrutar del fin de semana.

Aquí no se ve, pero estoy entrando a meta haciendo pasos de Chiquito de la Calzada. Homenaje póstumo.

 

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