Poquita cosa acumulada, en busca de un revulsivo para empezar la primavera

Este 2018 creo que he entrenado muy pero que muy poquito. No todo es negativo porque en las competiciones que he hecho ha quedado demostrado que mi nivel de forma no se ha resentido demasiado. En términos generales tengo la sensación de que estoy entrenando poco, que no estoy haciendo lo suficiente. Así que he echado mano de mis estadísticas en Garmin y me he dado cuenta de que mi percepción es errónea y las expectativas son esperanzadoras.

En 2016 desde el 1 de enero hasta el 11 de marzo entrené 41 horas, recorrí 604 kilómetros y lo hice en 30 sesiones. Hubo muchas más entrenos de bicicleta.

En 2017, durante el mismo periodo fueron 24 horas de entreno repartidas en 33 sesiones para 332 kilómetros. Hice poca bici.

Y este 2018 he entrenado durante 28 horas repartidas en 24 sesiones para 402 km recorridos. Las tiradas de carrera han sido más largas y también ha habido poca bici.

Sacando conclusiones no me acabo de desanimar. El año pasado creo que tuve un buen balance al acabarlo y al parecer el inicio ha sido muy similar a este año. El balance del 2017 me dejó satisfecho y a estas alturas todavía puedo recuperar el tiempo perdido y mejorar incluso los resultados del año anterior.

Por otro lado hay que ser consciente de que el tiempo libre es el que es. Hace ya mucho que no me preocupa demasiado perderme algún entreno sino que mi principal objetivo es no retroceder, no empeorar o como mínimo mantenerme en un estado de forma similar. El hecho de estarlo consiguiendo es lo que me hace mantenerme optimista. Si me mantengo igual, lo único que puedo hacer es mejorar.

Este invierno ha sido bastante duro, muchos días de lluvia, frío y viento. Las condiciones perfectas para optar por planes alternativos. He dedicado mucho tiempo en ver películas, series, leer libros, cómics, escuchar música y visitar exposiciones o incluso trasnochar más de la cuenta, despertar sin despertador algún que otro fin de semana y hacer más vida social. Son cosas que muchas veces no son del todo compatibles con las horas de entreno pero cuyos beneficios se complementan por completo y también son muy necesarios.

Ahora llega la primavera, calientan más los días, apetece salir más, mejora la climatología, anochece más tarde… Y se va acercando el ansiado verano y las vacaciones. Así que en esas estoy, esperando volver a coger la ola de los entrenos y empezar a sentir la imperiosa necesidad de volver a la regularidad, al volumen y a la secreción de endorfinas. Porque esto de acostumbrarse a entrenar poco es exactamente igual que acostumbrarse a entrenar mucho pero al revés, todo es ponerse.

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