Por fin jubilé mis Asics tras 1500 kilómetros recorridos.
(…Pasaré por alto todos estos meses sin actualizar el blog. Empiezo a escribir de nuevo como si ayer hubiera sido el último día…)
Mi Strava ya hace varias semanas (meses) que me va enviando avisos sobre que mis zapatillas Asics ya llevaban más kilómetros de la cuenta y que hacía falta cambiarlas. He de reconocer que a pesar de las recomendaciones de fabricantes, (a los que les interesa vender) siempre las estiro más de la cuenta. Me gusta aguantarlas mucho y por suerte hasta el momento nunca me ha supuesto ningún problema el hacerlo. El caso es que la semana pasada las acabé por destrozar porque me las llevé a uno de esos sitios tipo Humor Amarillo de revolcarse por arena, agua y barro y allí se quedaron.
Así que ahora mismo no tengo ningún par de zapatillas titulares y he de tirar de las que hay en los armarios. Todavía guardo un par de cuando me dio por el correr minimal. Son unas New Balance Minimus, 25 gramos cada zapatilla. Es como correr con un calcetín y la verdad sea dicha, se corre muy cómodo con ellas pero tienen el inconveniente de que, al no estar acostumbrados a correr “descalzos”, los gemelos se cargan más de la cuenta y es muy recomendado no ponerse a entrenar con ellas como si se tratara de zapatillas normales, hay que seguir un proceso de aclimatación que yo no he seguido.
Me he lanzado a primera hora de la mañana al monte, sintiendo las piedras masajearme la planta de los pies, apoyando la punta antes que el talón al estilo tarahumara. Han sido 10 kilometros de trail suave, no era recomendable hacer más sin estar acostumbrado a este calzado así que ya no me queda más remedio que hacerme con otro par de zapatillas nuevas.