Cerrado por oposiciones, mi otro Ironman

Tengo el sofá del despacho invadido de documentos

Si ya era complicado que me pasase por el blog para escribir algo, complicado también que tuviera un objetivo deportivo y una regularidad en los entrenamientos, ahora lo es más porque hace varios meses que me hice opositor.

Me estoy preparando para poder obtener una plaza como Maestro de Educación Física. Para emprender y seguir con tan complicada tarea he hecho una pausa bastante hardcore en mis rutinas deportivas. Básicamente se trata de reducirlo a la mínima expresión.

Y ya que no obtengo mi dosis de endorfinas como mínimo me consuelo pensando en un futuro laboral próspero, seguro, estable y lo mejor de todo, que me apasiona, me motiva y me encanta.

En mi día a día hago malabarismos horarios y soy muy disciplinado con mis obligaciones y objetivos. Planifico toda la semana día a día. Es como estar entrenando ininterrumpidamente para un Ironman pero sin quemar tantas calorías. De algo me ha servido la experiencia deportiva y el entrenamiento.

Me despierto poco antes de las 6 de la mañana para estudiar. A las 08:30 ya estoy camino a la escuela para trabajar hasta las 16:30. A las 17:00 vuelvo al tajo, esta vez en El Momento Inútil, haciendo radio hasta las 20:30 que vuelvo a casa. Tiempo justo para cenar, volver a repasar para las oposiciones y dormir. Al día siguiente, mismo ciclo. Y el fin de semana hay que dedicarlo a dejar la semana estructurada para poder liberar tareas que no caben en el horario de lunes a viernes.

Disciplina, organización y compenetración en casa para distribuir tareas y no descuidar el ocio, las relaciones familiares y sociales, los quehaceres diarios y el descanso. Sorprendentemente nunca duermo menos de 7 horas.

La esperanza de obtener una plaza es grande. El optimismo también y en el peor de los casos todo el trabajo hecho no es tiempo perdido. Ya contaré.

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