
La regularidad se mantiene estable. Si miramos el acumulado mes a mes (clic al gráfico) el tiempo empleado en los entrenamientos no ha variado demasiado. Sale una media de 34 horas al mes. Ocurre que
hay semanas que compensan a las otras en cuanto a horas dedicadas. Pero al final los totales se quedan en lo mismo.

Lo que sí que ha cambiado es la variedad en las sesiones. Hemos eliminado el gimnasio y la práctica de otros deportes fuera de las tres disciplinas. De cara a los próximos meses la cosa pinta bien. Horario laboral veraniego con tardes libres, vacaciones y días largos para entrenar. ¿Qué más se puede pedir?
Al final de lo que se trata siempre es de ser regular y constante; en esto, como en el resto de la vida, la continuidad es el secreto para alcanzar los objetivos que uno se proponga; te agradezco que me hayas visitado y aprovecho la ocasión para hacerme seguidor de tu blog; te seguiré leyendo, ¿ok?