Días completos, trabajos apasionantes y entrenos extenuantes: formula de la felicidad
Hace unas tres semanas que empecé el curso escolar más congestionado que he tenido en la vida y estoy feliz porque he conseguido encajar en 24 horas las pasiones que más me realizan desde el punto de vista profesional y personal. La verdad es que apenas tengo tiempo para nada fuera de todo eso, sin embargo, al acabar cada día e irme a la cama la satisfacción es máxima.
Trabajar y hacer lo que te gusta es una de las más grandes aspiraciones de toda persona y si además todo eso lo consigues hacer rodeado de gente estupenda se obtiene un bonus extra de felicidad.
Empiezo las mañanas como maestro tutor en una clase con unos alumnos que me motivan cada día para intentar sacar lo mejor de mi mismo. Cuando salgo del colegio voy sin perder ni un minuto a el cuartel general de El Momento Inútil, un magazine de variedades radiofónicas tronchante que emitimos en directo de lunes a jueves de 18:05 a 20:00 en Ràdio Sant Boi i 7deRadio y editado para Burjassot Ràdio, Montcada Ràdio, Onda 87 Cádiz y Fun Tunes. Además también he conseguido sacar tiempo para poder colaborar con una de las webs de triatlón que más valoro, por su manera de hacer y su filosofía de trabajo, Triatletas en Red. Preparar todo eso, conseguir llevarlo al día y salir airoso supone, además de un gran reto, muchos madrugones y horas de ordenador pero hasta el momento lo llevo con sumo placer.
¿Y los entrenos? En toda esa maraña de trabajo y diversión todavía es posible encajar algunos entrenos regulares, de los de antes de salir el sol y de los de justo cuando se pone. Los fines de semana se vuelven a aprovechar para sudar y quemar calorías e incluso para apuntarme a alguna competición.
Por si fuera poco aun queda tiempo suficiente para compartir con pareja, familia y amigos, echarse unas risas y apurar los días de fiesta, las horas libres y las noches. Parece que todo va fluyendo en su justa medida.
Por el momento, y como es evidente, intento dejar las entradas a este blog y mis otras aficiones a ratos de siesta y los que me dejan los cambios de planes de última hora. Lo importante en cualquier caso, es no parar y ver la recompensa de todo el trabajo hecho y acumulado a medida que pasan los días, semanas y meses. Es algo muy parecido a la filosofía Ironman, brazada tras brazada, pedaleo tras pedaleo y zancada tras zancada. Avanzando lento, pero buscando el horizonte.
Anrhick, journalist, Teacher and Triathlete